espacio dedicado a la exploración personal del medio que me rodea, donde pongo de manifiesto mis inquietudes, impresiones de la vida pasada y presente, con la intención inicial de poder intercambiar pareceres con otros transeuntes.
viernes, 26 de febrero de 2010
Fragmento: El mundo y sus demonios.
No todas las ramas de la ciencia pueden presagiar el futuro —la
paleontología, por ejemplo— pero muchas sí, y con una precisión asombrosa.
Si uno quiere saber cuándo será el próximo eclipse de sol, puede preguntar a
magos o místicos, pero le irá mucho mejor con los científicos. Le dirán dónde
colocarse en la Tierra, para verlo, cuándo debe hacerlo y si será un eclipse
parcial, total o anular. Pueden predecir rutinariamente un eclipse solar, al
minuto, con un milenio de anticipación. Una persona puede ir a ver a un
brujo para que le quite el sortilegio que le provoca una anemia perniciosa, o
puede tomar vitamina B12. Si quiere salvar de la polio a su hijo, puede rezar
o puede vacunarle. Si le interesa saber el sexo de su hijo antes de nacer,
puede consultar todo lo que quiera a los adivinos que se basan en el
movimiento de la plomada (derecha-izquierda, un niño; adelante-atrás, una
niña... o quizá al revés) pero, como promedio, acertarán sólo una de cada dos
veces. Si quiere precisión (en este caso del noventa y nueve por ciento),
pruebe la amniocentesis y las ecografías. Pruebe la ciencia.
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