Recientemente tuve el infortunio de encontrarme en la carretera, luego de salir de mis obligaciones del día en el orden laboral, camino a mi residencia, con tremendo ejemplar vacuno, estropeada anteriormente por otro conductor, según un testigo conducía un camión, y yo que pasaba horas después en lo mio, con la prisa de llegar antes que acabe la madrugada, ya que las agujas del reloj marcaban las 4:35 del día 29 de este junio.
Fue así como acabé con la vida de la vaca que se quejaba de dolor e imposibilitada de mover sus extremidades por el arrolle del mencionado camión que antes se encontró con la desafortunada, al igual que ese conductor, se me hizo imposible advertirla en la extrema oscuridad del kilómetro 10 de la carretera Romana-San Pedro, en la localidad de Cumayasa, justo frente al ayuntamiento,a diferencia del camión yo me detuve. Fue cuestión de segundos para ver como las bolsas de aire y el humo o polvo que le acompañan al activarse confundían más el desacierto, la que corresponde al conductor hizo lo que tenía, esperarme violentamente en el instante.
Por la irresponsabilidad de dueños o encargados de estos animales acontecen estas desgracias en las vías públicas, en especial en las zonas rurales del país, que para estos animales inocentes en la mayoría de los casos terminan en fatalidad, en tanto los conductores suelen salir ilesos, con algunos o pocos quebrantos, en mi caso, ni el más mínimo rasguño, solo la conmoción del impacto, la anticipada preocupación de los daños materiales a mi propiedad, y mi culpa por la vida que dejó de ser.
Tal vez para los veganos y vegetarianos es igual de cruel, en lo personal, que no tengo esos estilos culinarios y que cuento con la posibilidad de comer carne de vaca y de otros animales, sin remordimientos, en el caso de mi accidente si que lo siento, ver un animal morir por mi propio acto me ha turbado, saber que otros se dedican a criar ganado y granjas para el comercio, que sirven de alimento, es diferente, pero menciono esto por el sentimiento que sentí al ver como la vaca morir.
Ahora solo me queda arreglar el vehículo, que aunque son daños materiales, tienen su propia lamentación y hay una parte que no está en mi que la siente ($) se hará una investigación (mejor dicho, tengo que hacer una investigación) para dar con el paradero del ex-dueño de la vaca a ver si éste se hace responsable de lo que pasó por su irresponsabilidad, que de esta ya de seguro estarán servidas sus últimas partes en los platos de los comensales carroñeros de la localidad de Cumayasa que visitaron la escena del crimen, incluidos los representantes del orden, llamados policías.
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