lunes, 27 de julio de 2009

Mala crianza



¿Quien se atreve a decir, que criar o más bien educar a un niño es fácil?, dar valores éticos y morales a un individuo que nace enteramente inocente, deseoso de llenar su curioso y vació cerebro de experiencias, de ideas y conocimientos.

Los cuales es re-sabido pueden tener todos los matices según de donde les venga. Como padres "responsables" procuramos de que nuestros vástagos se desarrollen en el más sano de los ambientes, dándole dirección a sus vidas, mostrándoles lo que es "correcto" y lo que "no es correcto", basados nosotros en nuestra propia experiencia y el ideal de vida que tengamos inculcados, que por cierto nos parece el mejor, comparandolo con otros modelos.

¿Quien nos dice, que esos modelos, son "correctos"?...podría ser la vida misma, pero en la mayoría de los casos, esa convicción nos viene heredada por nuestros progenitores, y claro en combinación con una dosis del medio social en el que nos tocara vivir durante nuestro crecimiento. Hasta el momento en el cual se intercambian los papeles, y nos toca asumir el reto de educar a nuestros hijos e inculcarles todo lo aprendido, es que realmente le damos valor a eso que nos enseñaron, y nos invaden una gran cantidad de cuestiones con relación a la manera en que fuimos criados, muchos repiten el mismo modelo, sin chistar, otros en algunos momento se detienen a pensar y depurar las cosas que le fueron impuestas, en muchos casos con autoridad y a la fuerza.


Cuando nos damos cuenta de que inconscientemente repetimos en nuestros hijos, los mismos métodos, de los cuales no estábamos muy agusto de chicos, nos deprimimos, y tratamos de buscar otras alternativas. Es difícil ser modelo, ejemplo, cuando venimos tan defectuosos, y peor es cuando creemos que estamos bien, por ejemplo el decirle al niño, "si te comportas mal, el cuco te comerá" o "Dios te castigara", sembramos desde temprana edad infinidad de miedos a los críos, los mismos nuestros, el temor al infierno, al fracaso, a morir.

No nos viene un manual para ser los mejores padres, y usamos sin contemplación lo que tenemos.

Si a los creyentes religiosos les resulta difícil el poder educar y criar a sus hijos, en un mundo lleno de vicios, de delincuencia y las más bajas artimañas de un ser malévolo que tiene la libertad de influir en la conducta humana, propiciando tentaciones que acabarian con la existencia de sus hijos, como sería esta tarea para los padres ateos, en el mismo mundo, pero visto desde diferente ángulo, con una perspectiva por consiguiente diferente, en donde una las cosas que más se visualiza y alboroto hace son creencias mágico-religiosas de todo tipo, que propician temores absurdos, que persiguen una ética y una moral que esta basada en una muy lejana recompensa, casi inexistente. a esos padres ateos les toca vivir rodeados de una sociedad en la cual su condición o elección de vida es un "pecado", cerrándoles algunas puertas.

Somos el ejemplo numero uno, dependiendo que tanta presencia tengamos en la vida de nuestros hijos, pero no debemos olvidar, que nuestros familiares igual serán ejemplos, así como, los maestros, los políticos, autoridades religiosas, celebridades de la farándula y el deporte, ellos estarán a merced de estas inevitables circunstancias, y llevado sanamente eso sería los más saludable para el niño, pues no podemos ser todo para ellos.

En matrimonios en donde existe la diferencia entre los padres con relación a sus creencias o visión del mundo, es aun más difícil, y a una persona atea, compartir este trabajo con una creyente, sería en muchas situaciones imposibles coincidir.

Mi experiencia.

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