El sentimiento de culpa no siendo ajeno a ningún ser humano, ya que todos en algún momento de nuestra vida lo llegamos a experimentar en mayor o menor grado, suele ser uno de los sentimientos más destructivos. Los expertos en la conducta coinciden que esa predisposición a sentirse culpable por haber hecho algo, aunque pudiese ser en igual sentido, algo que no hubiésemos hecho, muy posiblemente se fue desarrollando durante la infancia a raíz de nuestra relación con nuestros padres, maestros o tutores que incidieron en nuestra educación y que en ese rol nos culpaban por los más mínimos errores.
Todos cometemos errores, y lo seguiremos cometiendo, pero gracias a esos errores de la humanidad se han desarrollado adelantos científicos, tecnológicos y sociales que han contribuido a mejorar nuestra calidad de vida. Todos hemos ofendido a alguien, conscientes o inconscientemente.
Existe un tipo de culpa que se rebosa de lo absurdo, a esa culpa algunos le llaman pecado y está en cada uno de nosotros desde nuestro nacimiento, según la biblia, libro "sagrado" de los cristianos.
Como religión, el cristianismo se encarga de imponer su doctrina a todos los seres humanos irrespetando la libertad que tiene todo individuo de decidir sobre sus asuntos personales, es ahí donde inicia la persecución cristiana hacía todo lo que se opone a sus arcaicos procedimientos. Las personas que son criadas en hogares cristianos y permanecen en la comunidad cristiana, dependiendo de la presencia que la religión tenga en sus vidas suelen manifestar sentimientos absurdos de culpa, producto de ese pasado azaroso durante su infancia del que fue víctima.
Una persona que desde su más tierna infancia se le dijo que es un pecador, un culpable, y que un ser "bueno" todopoderoso lo observa todo el tiempo y sabe lo que piensa, antes de él pensarlo, y que si hace cosas "malas" será castigado por toda la eternidad en un lugar más caliente que el sol mismo, y atormentado por otro ser menos poderoso que le gusta hacer maldades creado por ese otro ser "bueno" [...] en su condición de adulto, luego de ser expuesto a toda avalancha de juicios y condenas absurdas, tendremos un individuo temeroso de la vida misma.
Sería una ardua tarea cuantificar las frustraciones, los miedos y las culpas que generan las creencias religiosas en la mente de las personas que son expuestas a éstas, menciono el cristianismo por ser la de mayor aceptación e incidencia de acuerdo a mi posición geográfica. Es el cristianismo que nos dice, acabados de nacer prácticamente, que somos culpables o pecadores y que por este y otros que "seguiremos cometiendo" a lo largo de nuestra efímera existencia ya estamos condenados a un castigo eterno para después de estar vivos.
Nos hablan de un dIOS lleno de amor, misericordioso, que todo lo ve, todo lo sabe y todo lo puede, que solo desea, sin razón aparente, ser amado y temido, pues es muy celoso. Según ese dIOS es responsable de todo lo que existe, incluso nosotros, pero quedamos tan mal hechos que a los pocos días de creados, se arrepintió, (dígale eso a sus hijos si tiene a ver cómo se sentirían), éste dIOS cristiano y judío también, azotó ciudades hasta desaparecerlas, con todos sus ciudadanos, niños, ancianos, mujeres, etc., su máximo encabronamiento lo mostró al inundar todo el planeta, según la biblia obviamente...no le seguiré agobiando a usted lector, abordando sobre la "sabia" palabra de dIOS, donde narra muy gustosamente toda su obra biográfica, la muestra nos da un claro ejemplo de lo absurdo y traumático que es éste libro, que con sus fabulas en lo único que ha contribuido es con el atraso de nuestras sociedades para cometer abusos y ver a una comunidad de creyentes llenos de miedos y culpas absurdas, con sus libertades como seres humanos limitadas a preceptos antiguos y arcaicos, que restringe el derecho a razonar, de pensar por si mismos.
Si las frustraciones, miedo y culpas que te adjudicó tu religión te hicieron una persona amargada, insegura y sin dignidad, intenta el pensamiento crítico.
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