Este ingles, hijo de un molinero, tuvo una idea que consideró razonable para alcanzar la punta del monte Everest. En 1930 publicó en todos los periódicos su plan: volaría a bordo de un avión que estrellaría en las proximidades de la cima, subiría el tramo restante, para después bajar caminando.
El único problema que tenía en ese momento era que no sabía pilotear, y jamás había practicado el montañismo. Pese a todo, llevó a cabo su plan, empujado por un fervor religioso, pues alegaba que todo podía resolverse con la fe en uno mismo y en dIOS.
Así, en 1933 partió de Inglaterra a bordo de un desvencijado avión modelo Gypsy Moth, guiado únicamente por mapas convencionales y conocimientos rudimentarios de aviación. Llegó hasta la India, ahí tuvo que vender el aparato, y continuó a pie su jornada hasta la base misma de la montaña en Nepal, donde consiguió montar un campamento a 6,400 metros de altura. Al años siguiente montañistas encontraron su cadáver envuelto en su tienda de campaña.
Hay que reconocer que tiene "cojones"...y buena orientación, salir de Inglaterra y llegar a la India, sin saber pilotear, es todo un logro, también se confirman los daños que ocasiona la fe.
Fuente: Muy Interesante, Julio 2012
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