con el brillo de tu sonrisa quedaron mis ojos deslumbrados y continuamente cegaron mi razón para guardarte en los tesoros de mi alma y aunque no se note mi ruborizado rostro por culpa de mi eterno bronceado es por tu belleza que la tontez me brota por los poros y hay de mi si te alejas, pues mis sentidos ausentes a mi existencia desgastan mi ser.